"La escuela constituye un pequeño modelo de ciudad en el
cual es posible ensayar procesos y soluciones. Vivir
experiencias que tienen un extraordinario valor educativo
para hacer la ciudad más sustentable, empezando por su
entorno más inmediato que es, precisamente, la escuela",
sostiene Hilda Weissmann, consultora internacional
especializada en educación ambiental.
Weissmann es argentina, licenciada en Ciencias de la
Educación en la Universidad de Buenos Aires, pero desde hace
años vive en Barcelona, donde es cofundadora y coordinadora
del programa Agenda 21 Escolar, del municipio barcelonés,
creado para comprometer a todos los habitantes e
instituciones de la ciudad en la búsqueda de un desarrollo
sustentable. Una parte fundamental del programa consiste en
resolver eficientemente los problemas inmediatos sin por eso
tener que comprometer el futuro.
Días atrás, Weissmann estuvo en Buenos Aires participando en
el Tercer Encuentro Internacional de Educación Infantil
presentado por el comité argentino de la Organización
Mundial para la Educación Preescolar (OMEP). En su
exposición, Cuando las escuelas se comprometen con el
futuro, desarrolló las claves del programa Agenda 21
Escolar.
"Para cumplir con las metas del programa Agenda 21 Escolar
es necesaria una educación que tenga como objetivos
comprender y actuar, y no solamente comprender y admitir.
Una educación que potencie la participación, la
responsabilidad personal y colectiva, la autonomía, la
comunicación, el trabajo cooperativo", apunta la educadora.
El programa cumplirá pronto 10 años, con la participación de
más de 300 centros escolares, desde jardines maternales
hasta escuelas para adultos. "Esto significa algo más del
40% de los establecimientos educativos que hay en la ciudad.
Pero lo más sorprendente no es el número, sino la calidad de
los participantes al enrolarse en una apuesta pensando en el
futuro y, sobre todo, actuando para el futuro."
?¿Qué tiene que hacer una escuela para formar parte del
programa Agenda 21 Escolar?
?Adherirse al programa, lo que supone presentar un proyecto
anual, que incluya la cantidad de participantes, objetivos y
acciones por realizar, y los recursos que se necesitarán
para llevarlo a cabo.
?¿Puede dar algunos ejemplos ya concretados de esos
proyectos?
?Una buena cantidad de escuelas incorpora huertas escolares
en las que suelen colaborar abuelos. Son huertas que apuntan
a mejorar la alimentación, transformando poco a poco la
calidad y el origen de los alimentos. Hay otras escuelas que
transforman fríos patios grises y hormigonados en pequeños
oasis, llenos de vegetación y jardines que los propios
alumnos diseñan. Con ayuda de los adultos, plantan y cuidan,
pero sobre todo disfrutan de la tarea y los resultados. Hay
incluso proyectos para el ahorro energético del agua y para
revisar y corregir modelos de consumo.
?¿Dificultades?
Una de las dificultades, con buena parte del profesorado, es
lo que entienden por ambiental. Para la Agenda 21 Escolar la
educación debe ayudar a entender el mundo en el que vivimos
para poder encarar la complejidad de sus problemas y
construir democráticamente soluciones bien informadas. El
gran cambio para las escuelas radica en incorporar la idea
de que el objetivo no se limita a cambiar hábitos (ahorrar
energía o agua), sino a capacitar al alumnado para el
análisis crítico del entorno y el diseño, y desarrollo de
acciones alternativas. Encontrar mecanismos efectivos para
facilitar este clic sigue siendo un reto.
?¿Algún otro aspecto controvertido del programa?
?La participación del alumnado, que muchas veces es
entendida solamente como sinónimo de acción. En la Agenda
reforzamos la idea de que la escuela tiene que desarrollar
habilidades para la toma de decisiones, el trabajo en equipo
y premiar la cooperación. Así se trabaja para conseguir una
escuela más democrática, que invite a todos a participar,
que anime el liderazgo y reconozca el valor de la
implicación de todos y cada uno. También así se logra una
escuela abierta a su entorno, capaz de trabajar en redes de
aprendizaje y acción.
?¿Cómo es la respuesta de las escuelas?
?Aquí no se trata de obligar. Las escuelas deben sentir que
quieren implicarse voluntariamente en un programa de
revisión y cambio. Es una manera más de estimular la
autonomía de los centros escolares. Por supuesto que, desde
el equipo coordinador, las escuelas de la Agenda 21 Escolar
reciben mucha ayuda, no las dejamos solas.
?¿Qué reciben?
?El aporte más importante es que Barcelona ofrece a sus
miembros y, obviamente, a las escuelas un modelo de gestión
cada vez más respetuoso del medio ambiente. Este hecho crea
confianza y credibilidad. Un contexto gestionado con
criterios de sustentabilidad se transforma en sí mismo en un
contexto que educa. Las ciudades que esperan de sus
ciudadanos un comportamiento pro ambiental deben comenzar
por dar el ejemplo.
?¿Hay otros aportes?
?En cuanto a los otros beneficios, las escuelas que forman
parte de la red Agenda 21 Escolar tienen una oferta de
formación permanente para directores, profesorado o personal
no docente. Reciben material ?tanto pedagógico como
recursos? para poder concretar sus programas, la posibilidad
de hacer consultas online, telefónicas o personales durante
10 horas diarias, solicitar asesoramiento técnico o
pedagógico en la propia escuela. También, una pequeña ayuda
económica para desarrollar su agenda. Y, como destacaba
anteriormente, la posibilidad de coordinar y recibir ayuda
desde otras áreas de gestión municipal en temas de energía,
agua, residuos, calidad ambiental, contaminación acústica,
etcétera.
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